Ascensión a El
Morezón (2.370 metros)
Sierra de
Gredos Ávila.
El Morezón es posiblemente el
mejor palco del Circo de Gredos. Las vistas desde su cumbre son impresionantes:
De frente, El Almanzor, La Galana, El Ameal de Pablo, El Risco Moreno, El
Cervical..., abajo, pequeñita, pequeñita se ve la Laguna Grande y el Refugio
Elola e, incluso, si nos fijamos muchos, como si fueran hormigas, los
caminantes que hacen la ruta de la Laguna. Si miramos hacia atrás podemos ver
Candeleda y hacia la izquierda La Mira.
En resumen, para los amantes de
las caminatas por la Sierra, es una montaña de obligada visita.
Para hacer nuestra excursión, el
día 11 de mayo de 2013, sábado, sin prisa pero sin pausa, cogimos el coche y
nos plantamos en la Plataforma de Gredos, donde aparcamos y nos pusimos las
botas. Para llegar a la Plataforma hay que ir a la localidad abulense de Hoyos
del Espino y desde aquí tomar la carretera que conduce a ella.
Al principio de nuestro excursión
encontraremos un cartel informativo sobre la ruta a la Laguna Grande. Justo
detrás del cartel empieza el camino empedrado que hemos de tomar.
El camino es empinado y nos hace
sudar, por lo que hay que tomarlo con tranquilidad. En poco tiempo y tras un
giro a la derecha llegaremos a un cruce en el que hay dos carteles. A la
derecha, hacia el refugio Reguero Llano, de frente la Senda de la Laguna
Grande. Seguimos de frente y llegamos a una zona en que se suaviza la
pendiente. Aquí tenemos que ir atentos pues hemos de buscar hacia la izquierda
los hitos de piedra que indican la senda que debemos tomar. Estos hitos
aparecerán poco antes de encontrar un cartel que conmina a los caminantes que
van hacia la laguna a que no abandonen el camino para no dañar la pradera.
Si a pesar de todo lo indicado,
acabamos llegando a un puente de hormigón, que salva las aguas del río Pozas,
es que nos habremos pasado y, por tanto, tendremos que dar la vuelta a buscar
nuestros hitos.
Si hemos encontrado los hitos,
abandonaremos la senda de la Laguna Grande y empezaremos a andar por un
senderillo que en continuo ascenso nos lleva por la garganta de Las Pozas. A
nuestra izquierda queda la Cuerda del Refugio, en cuyo final se encuentra el
Refugio del Rey y, a nuestra derecha, las Paredes Negras y, a sus pies, el río
Pozas, a cuyo nacimiento encaminamos nuestros pasos.
Siguiendo los hitos que nos
marcan el camino, llegaremos al nacimiento del río Pozas y un poco más allá a
un amplio collado, denominado Navasomera. Cuando hicimos la excursión, ya antes
de llegar a este paraje, encontramos mucha nieve en el camino, aunque su
consistencia permitía avanzar sin contratiempos, pero aumentando nuestro
esfuerzo, no el de Kira, que cuando ve la nieve parece que le aumenta el nivel
de energía, ¡lo que le gusta la nieve a la orejona!
Desde Navasomera, si tenemos
buena vista, mirando hacia el norte, hacia la cuerda montañosa de nuestra
derecha, podremos ver la cruz blanca que corona la cima de El Morezón. Para no
realizar mas esfuerzo del necesario y sobre todo si vamos con perros, es muy
importante buscar los hitos que nos conducirán hasta lo alta de la cuerda, a la
derecha de la cumbre.
Seguimos, no sin esfuerzo,
ascendiendo y en poco tiempo alcanzamos la cuerda. La vista que tenemos al
llegar es de las que deja sin aliento: Frente a nosotros se alza con elegancia
La Galana, la segunda cumbre más alta del Sistema Central, un poco a su
izquierda el esbelto Ameal de Pablo y, a la izquierda, el rey de la sierra, El
Almanzor. De estos picos nos separa el abismo en cuyo fondo se encuentra la
Laguna Grande. Llevad espacio suficiente en la tarjeta de vuestras cámaras
fotográficas y la batería llena, pues no os cansaréis de hacer fotos.
Recuperados de la impresión,
giramos a nuestra izquierda y por la cuerda, en poco tiempo, llegamos a la
cumbre de El Morezón. Veréis que el esfuerzo ha merecido la pena. Disfrutad del
paisaje sin prisa y buscad un buen sitio para comer el bocadillo.
La vuelta se puede hacer, bien
desandando lo andado, o bien siguiendo la cuerda hasta llegar al alto de Los
Barrerones y, desde allí, enlazar con la senda de la Laguna Grande. Nosotros
volvimos por el mismo camino por el que ascendimos, aprovechando para hacer un
poco el tonto en la nieve.
Una vez llegados a La Plataforma,
hicimos una de las cosas más placenteras de una ruta por la montaña: quitarnos
las botas. ¡Uf, que alivio!
Después de una paradita en Hoyos
del Espino para tomar una cervecita, regresamos a casa, cansados pero felices.
Paseo con mi perro.
Tremenda ruta, se nota que disfrutáis...
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